La Contrarreforma, también conocida con el nombre de Reforma Católica o Renacimiento Católico, en la historia del cristianismo, se basó en una época en donde los esfuerzos de la Iglesia Católica se dirigieron durante los siglos XVI y comienzos del XVII tanto contra la Reforma Protestante como para la renovación interna. La Contrarreforma tuvo lugar aproximadamente durante el mismo período que la Reforma Protestante, en realidad, comenzando poco antes del acto de Martín Lutero de clavar las noventa y cinco tesis a la puerta de la iglesia en el año 1517.
Fue un movimiento que nació en la segunda mitad del siglo XVI en respuesta por parte de la Iglesia Católica a la Reforma Protestante de Martín Lutero, la cual había nacido durante los primeros años del siglo XVI.
La Contrarreforma consistió en la respuesta que desarrolló la Iglesia católica para conseguir minimizar el impacto que había ocasionado el protestantismo. Fue un movimiento que ayudó a producir una reestructuración eclesiástica introduciendo una serie de cambios en la liturgia de esta religión. Fue un movimiento que consistió en darle una nueva imagen a la iglesia reduciendo la influencia de las doctrinas protestantes.
La Iglesia católica había visto cómo se debilitaba su credibilidad a causa de la Reforma de Martín Lutero, y por esta razón decidió implementar su Contrarreforma. Este nuevo movimiento inició en el año 1545 con el Concilio Ecuménico de Trento y duró hasta que finalizó la guerra de los Treinta Años, en el año 1648; cualquier acto desarrollado para hacer frente al protestantismo desde entonces entra en la categoría de anti-protestantismo.
La contrarreforma o reforma católica tuvo como principal característica el abarcar todo lo concerniente al ámbito político y religioso que había en ese momento. Se encargó de eliminar la venta de las indulgencias, razón principal por la cual los gobernadores de la época habían dado su apoyo a Martín Lutero. Buscó también hacer una reforma dentro de la iglesia católica, trató de unir a los cristianos y de evangelizar los territorios de América.
Renovó y fijó nuevas directrices para eliminar y detener la corrupción del clero con simples parámetros y guías como por ejemplo la defensa de la autoridad papal, la capacidad exclusiva de la iglesia, la interpretación de los textos sagrados y la salvación por la fe y las obras de caridad.
La Contrarreforma se encargó de dividir la fe católica en dos partes, una que involucraba la idea de Pablo IV que nos decía que Dios tenía relación con las personas por medio de los castigos y que por esa razón había que temerle, y la otra, que basaba la experiencia religiosa fundamentada en la piedad.
Los antecedentes se basaron en las exigencias para la creación de una reforma de la Iglesia, ante el escándalo del Gran Cisma de Occidente y contra los abusos religiosos. Se impulsaron y crearon nuevas órdenes religiosas como los teatinos, capuchinos, ursulinas y los jesuitas. La destacada actuación de Pablo III en la convocatoria del Concilio de Trento en 1545 fue un importante antecedente para tratar las cuestiones doctrinales y disciplinarias causadas por los protestantes.
Por la Reforma Protestante, el mundo occidental que había sido católico se vio dividida entre cristianos católicos y los cristianos protestantes que no seguían las directrices de Roma. El catolicismo había perdido terreno y ya no era la religión oficial en muchos lugares de Europa y se buscaba como evitar que sucediera lo mismo en el Nuevo Mundo. Por esta razón se dio la necesidad de reformas en la iglesia católica, a fin de reestructurar y detener el avance protestante.
En la Iglesia se dio el Concilio Ecuménico el cual fue una reunión de los altos representantes del Clero, para tratar asuntos de suma importancia religiosa. Una de estas reuniones se realizó en Trento en 1545 y fue convocada por el Papa Paulo III, en vista de los ataques del protestantismo.
La Contrarreforma se dio durante un período de renacimiento en la religión católica que se inició durante el Concilio Ecuménico de Trento en el año 1545; el pontificado del papa Pío IV en 1560 hasta llegar al final de la guerra de los Treinta Años, en el año 1648.
Los principales representantes de la Contrarreforma fueron:
Podríamos decir que la principal causa fue la serie de reformas que se encontraban contenidas dentro del Concilio de Trento las cuales habían sido implementadas por la iglesia católica contra la propagación del protestantismo y que surgieron ante las constantes quejas contra los funcionarios que tenían un alto rango dentro de la Iglesia.
Principalmente buscaban con la Contrarreforma renovar la parte interna de la iglesia católica, lograr mantener el poder del clero católico y batallar en contra de las ideas que habían sido dadas por Martín Lutero y Juan Calvino.
Buscaba condenar las ideas de la reforma y refutar las tesis heréticas del protestantismo en Alemania que se extendían poco a poco por Europa. Trababa de reafirmar los principios del catolicismo y defender la autoridad de la iglesia en la interpretación de las escrituras.
Entre las principales consecuencias que se produjeron con la Contrarreforma podemos mencionar las siguientes:
Fue de gran importancia para la iglesia católica pues implementó una revitalización católica desde el periodo del Papa Pio IV hasta el año 1560, cuando se dio el final de la Guerra de los Treinta Años. Se reafirmaron los siguientes puntos:
Briceño V., Gabriela. (2018). Contrarreforma. Recuperado el 25 febrero, 2024, de Euston96: https://www.euston96.com/contrarreforma/