En las últimas décadas, el mundo ha conocido una serie de avances tecnológicos que han implicado profundos cambios sociales y culturales. Hoy en día, las tecnologías de la información y la comunicación constituyen un factor esencial en el desarrollo de cualquier país ya que permiten el intercambio de saberes, de servicios, de mercancías, entre otras ventajas de gran valor. Lamentablemente, no en todas las regiones del mundo es posible acceder a los artilugios tecnológicos que surgen cada día, de forma constante y acelerada. A esta línea de ruptura divisoria, se le conoce como brecha digital.
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La expresión “brecha digital” se refiere a la brecha que existe entre aquéllos que utilizan las potencialidades de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para sus necesidades personales o profesionales y aquéllos que no tienen acceso a éstas o simplemente, no tienen las competencias necesarias para hacer uso de éstas.
La noción de brecha digital es generalmente asociada a las desigualdades relativas al equipamiento de una computadora personal con acceso a Internet, lo cual suele variar por ejemplo, según el nivel de ingreso, la ubicación geográfica y el grupo étnico.
La expresión “brecha digital” tiene su origen en la expresión americana “Digital Divide” que surgió a finales de los años 90, en Estados Unidos. Concretamente, este concepto alude a las diferencias que existen entre los individuos o los grupos sociales que tienen acceso a las tecnologías de la información y las comunicaciones y que están integrados en la llamada “sociedad de la información” y aquellos que están excluidos de ésta ya que no tienen acceso a ésta o simplemente porque no saben utilizar las herramientas tecnológicas que forman parte de ésta.
Ahora bien, es importante destacar que la brecha digital no solo existe entre los países más desarrollados y aquellos en vías de desarrollo. En un mismo país, puede haber grupos sociales que tengan la posibilidad de integrarse en la “sociedad de la información” mientras que otros grupos, se mantienen al margen y excluidos de esta. La brecha digital también puede ser generacional, entre los más jóvenes y las personas mayores, entre las personas que saben leer y las analfabetas o entre las poblaciones urbanas y las poblaciones rurales.
La expresión de brecha digital tiene su origen en el término anglosajón “digital divide”, el cual fue utilizado por primera vez en 1995, durante el gobierno del presidente estadounidense Bill Clinton. No se conoce con exactitud quien fue el creador de este término. Por un lado, se dice que podría ser el británico Simon Moores, quien propuso el concepto, mientras que por otro lado, se presume que fue Lloyd Morrisset, presidente de la Fundación Markle, el primero en pronunciar el término, para referirse a la disparidad que podía surgir en Estados Unidos entre los “conectados” y los “no conectados”.
Del mismo modo, desde que surgió el término, el mismo ha sido utilizado de forma extensiva para referirse a diferentes tipos de disparidad relacionadas con las características de los países, las regiones, las comunidades, los grupos sociales y los individuos. También se ha utilizado el concepto para referirse a las infraestructuras de telecomunicación en los programas educativos.
La brecha digital puede presentarse bajo diferentes formas y puede relacionarse a la vez con diferentes factores como se verá a continuación:
Uruguay constituye un excelente ejemplo como país que ha sabido reducir considerablemente la brecha digital en poco tiempo. Para el año 2006, solamente el 1% de las familias de menores recursos tenía acceso a Internet. Luego de una década, esa cifra ha aumentado al 77%. Esto fue posible gracias a la implementación del modelo One Laptop per Child a través del Plan Ceibal.
Según estadísticas, Argentina resultó ser el año 2016, uno de los países con menor brecha digital entre hombres y mujeres. Este país cuenta con recursos humanos que se adaptan fácilmente a las herramientas digitales y esto permite que la mujer tenga un buen posicionamiento en el ámbito laboral ya que puede realizar los trabajos a distancia. Sin embargo, es importante destacar que la tecnología en Argentina es bastante costosa.
Con frecuencia se escucha decir que Chile es el país latinoamericano líder en materia de acceso a Internet. No obstante, según ciertas estadísticas, menos de la mitad de las familias chilenas cuenta con un acceso fijo a Internet en sus hogares. Esto puede deberse al hecho de que los servicios de Internet tienen un precio elevado en este país.
Actualmente, según estadísticas del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital de España, alrededor de cinco millones de españoles no tienen acceso a Internet. Sin embargo, para el año 2018 está previsto el lanzamiento de dos satélites que permitirán a las regiones rurales acceder a una velocidad de 30 megas y con un costo de 39,90 euros mensuales, lo cual supone un hecho que reducirá la brecha digital.
Sancler, Valentina. (2018). Brecha digital. Recuperado el 22 febrero, 2024, de Euston96: https://www.euston96.com/brecha-digital/