Religión

Confirmación

Son varios los sacramentos que forman parte de la iglesia católica. Uno de los sacramentos que pertenece al grupo conocido como iniciación cristiana es la confirmación. Este es un acto por medio del cual la persona cristiana confirma o consolida su fe. Es un complemento del bautismo y refuerza la relación del ser humano con el Espíritu Santo estableciendo al mismo tiempo un arraigo profundo, la unión con la iglesia y dando más fortaleza para ser testigo del amor y las obras de Jesucristo.

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Bautismo

¿Qué es la confirmación?

La confirmación es un sacramento que tiene como objetivo principal el poder mejorar la gracia obtenida por medio del bautismo fortaleciendo aún más la fe del católico, convirtiendo al individuo en un apóstol de Cristo y en un soldado de la fe, fortificando el amor a Dios y hacia el prójimo.

Significado

El Catecismo Católico Romano nos explica que la confirmación es un medio por el cual las personas de la religión católica pueden profesar todo aquello en lo que creen y sobre la fe pues por medio de él, logran convertirse en cristianos con mayor determinación, madurez, fuerza y perfección, unos verdaderos soldados de Jesucristo. Significa el fortalecimiento del hombre con la iglesia manteniendo y mejorando la fe para poder hacerle frente a todos los desafíos que puedan presentarse a lo largo de la vida.

Origen de la confirmación

Expertos consideran que el origen de la confirmación se dio en el Antiguo Testamento pues existen varias referencias hechas por los profetas sobre el trabajo que realizó el Espíritu Santo durante la época mesiánica así como también el anuncio de la llega del mismo para que Cristo pudiera completar su obra. Estas referencias hablaban de un sacramento completamente diferentes al bautismo. La narración nos explica también la manera en la que los apóstoles imponían las manos sobre las cabezas de las personas para poder comunicar que la voluntad de Cristo estaba siendo cumplida.

Historia

Al inicio de la historia, no se veía a la confirmación como un sacramento distinto pues las personas adultas únicamente se iniciaban utilizando un único evento litúrgico. El nacimiento de la confirmación como sacramento individual era determinado por la función que tuviera el obispo. A lo largo de la Edad Media, el periodo que existía entre los bautismos y la unción era de aproximadamente siete años. En el año 1820, el Sínodo de Colonia declaró este tiempo como regla oficial para que el sello del Espíritu Santo pasara a llamarse confirmación.

Posteriormente, fueron surgiendo una serie de reglas que rigen, en muchos casos hasta el día de hoy. El Concilio de Trento se encargó de declarar que la confirma únicamente podía ser dada a aquellos niños que fueran mayores de los siete años y en 1910, se dieron algunos problemas con las edades pues el Papa Pío X estableció los siete años como la edad ideal para que los niños hicieran su Primera Comunión.

En muchos lugares como España, Latinoamérica y Filipinas, los obispos se encargaron de establecer la misa de confirmación y varios años después, se empezaron a desarrollar teologías relacionadas con el significado del sacramento. En la actualidad, la confirmación es parte del proceso integral de lo que se conoce con el nombre de iniciación cristiana, la cual inicia con el bautismo.

Símbolos de la confirmación

Los símbolos que se utilizan durante la confirmación son los siguientes:

Requisitos

Entre los requisitos solicitados por la Iglesia Católica para poder realizar la confirmación, se encuentran la boleta o el certificado de bautismo así como la de la primera comunión. Los niños deberán también de llevar un curso de preparación, el cual por lo general se conoce con el nombre de catequesis. Además, se deberá de contar con los padrinos quienes tendrán que contar con el comprobante de los cursos, en caso de ser casados, deberán también aportar el certificado de matrimonio y, si son solteros, deberán de comprobar con un certificado que han recibido los sacramentos.

Padrinos

Los padrinos deberán de ser personas católicas que hayan sido previamente bautizados en la fe y deberán de ser elegidos por los padres del menor o por quienes estén cuidando de ellos en caso de que los padres falten. Deberán de tener más de dieciséis años de edad, esto sin embargo puede llegar a variar pues el Obispo tiene la capacidad de poder establecer otra edad.

Tienen que pertenecer a la religión católica, tendrán además que estar ya confirmados y haber recibido el sacramento de la Eucaristía. El comportamiento y la forma de ser de los padrinos es de vital importancia pues éstos deben de ser personas que vivan de manera congruente con su fe y con la misión que asumirán al aceptar el cargo de padrinos.

Por último, las personas postuladas para se padrinos no podrán contar con una pena canónica que haya sido impuesta o que haya sido declarada. Tampoco podrán ocupar este lugar los mismos padres del menor. Su preparación espiritual deberá de ser la adecuada pues este papel es de suma importancia. Deberá de estar en un estado de gracia por lo cual una confesión previa será siempre necesaria. Su participación en la comunión de la eucaristía también es fundamental, pues se considera que el padrino no solo debe de existir, sino que debe de imitar a Pablo para que de esta manera pueda enseñar el camino.

Desarrollo de la ceremonia

Esta ceremonia se inicia siempre con una oración de apertura realizada por el obispo encargado de la confirmación, en ella, se pide al Espíritu Santo que descienda sobre todos los candidatos al sacramento. Posteriormente, el obispo coloca sus manos sobre las cabezas de los participantes que recibirán su confirma para que sea Dios quien envíe su poder a ellos.

Luego de esta oración de apertura continúa el proceso en sí de la confirmación. Cada uno de los participantes caminarán al frente llevando una tarjeta con su nombre de confirmación, el cual se designa utilizando el nombre de un santo que ha sido elegido con antelación. El obispo, tocará entontes cada cabeza con los dedos y se llamará a cada uno de ellos por su nombre de confirmación.

Posteriormente, el obispo procede a ungir al candidato en la frente utilizando el santo crisma y dando un golpe simbólico en la mejilla confirmando de esta forma que el confirmado ya es un soldado de Cristo. Finalmente, luego de terminado este proceso, se canta o lee una canción conocida como antífona. Se canta una oración y se bendice a todos los que han recibido la confirmación. Varias oraciones también deberán de ser mencionadas como el Credo, el Ave María y el Padre Nuestro.

Para qué sirve la confirmación

La confirmación nos sirve para poder fortalecer la vida en Cristo, para ayudar al hombre a que alcance la vida eterna caminando hacia un estado de perfección de la caridad. Logra introducir al individuo dentro de la filiación divina, aumenta los dones del Espíritu Santo y establece un mayor vínculo con la iglesia.

Por qué se llama así

Se le llama de esta manera porque toda la ceremonia confirma la gracia del bautismo fortaleciendo al mismo tiempo la fe y transformando a la persona en un verdadero luchador por Cristo.

Importancia

La confirmación es uno de los sacramentos más importantes porque por medio de el se logra aumentar la fe, el hombre adquiere una mejor capacidad para poder dejar entrar al Espíritu Santo en sus vidas y el amor a Cristo se incrementa. Además, es el medio por el cual se pueden activar los dones del Espíritu como la sabiduría, la fortaleza, ciencia, piedad y temor a Dios.

Escrito por Gabriela Briceño V.
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¿Cómo citar este artículo?

Briceño V., Gabriela. (2020). Confirmación. Recuperado el 23 febrero, 2024, de Euston96: https://www.euston96.com/confirmacion/

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